viernes, abril 21, 2006

La necesidad de un debate en el seno del Socialismo.

Empiezo este post con una meta demasiado ambiciosa para mi, inalcanzable, inabarcable: establecer un debate en el seno del socialismo. No tengo la mente privilegiada de Marx o Pablo Iglesias, y soy incapaz de proponer alternativas debido a mis limitaciones, pero estoy convencido de que entre todos, somos capaces de encontrarlas.
Este debate surge por una necesidad: la necesidad de reformar el socialismo. A lo largo de los años, las teorías liberales y capitalistas han sido capaces de regenerarse, de proponer alternativas a sí mismas, y de establecer un debate interno que las ha enriquecido. En el socialismo ha imperado la ley del silencio y la disciplina de partidos, esa disciplina que tan duramente critica el propio socialismo con respecto a los otros partidos políticos.
Es cierto que hay una serie de principios a los que el socialismo no puede renunciar: estos pilares inquebrantables son aquellos que sostienen nuestra visión de la economía y de la sociedad. Pero estos pilares son sólo el soporte de la estructura, y la estructura debe ser flexible a los cambios sociales, que se producen. ¿Qué sentido tiene que nuestros pensadores más relevantes lleven muertos casi un siglo? Esto produce una dicotomía entre la realidad y nuestras teorías.
A la vez, debemos ser capaces de reconocer nuestros propios errores, condenarlos para que no mancillen la memoria de nuestras conquistas. No se puede justificar regímenes donde se ignoran tan flagrantemente los derechos humanos como en Cuba. Es posible que los derechos humanos se violen con mayor asiduidad en pretendidas democracias como Estados Unidos, pero eso no nos sirve como excusa, más bien como consuelo.
El socialismo debe adaptarse a las reglas del juego: la democracia. Somos conscientes de que hoy en día la democracia es un sistema imperfecto y corrupto que beneficia a los grandes partidos políticos que se basan en el miedo y la ignorancia para alternarse en el poder, representando los intereses de los más ricos, o de al menos, las clases medias-altas. Reglas como la Ley D´Hondt responden a las necesidades de esos partidos. Pero no por ello debemos renegar de la democracia, sino potenciar su lado más abstracto: la decisión del pueblo. Ése es el objetivo del Socialismo y de la Democracia. Los valores del Socialismo deben ser: igualdad, justicia y libertad, y sólo la democracia puede dar respuesta a estas necesidades.
El debate es necesario. No podemos seguir blandiendo los argumentos que blandieron en su época Marx o Lenin. No porque sean equívocos, algunos lo son y otros no, sino porque necesitamos crear nuevos. Necesitamos convertirnos en una verdadera alternativa. Una alternativa seria y moderna. Para ello necesitamos nuevos intelectuales que sean capaces de crear nuevas teorías económicas que funcionen en la práctica, necesitamos dar un giro de 180º en la forma de plantearnos los problemas, no en nuestros principios. Debemos ser realistas: aceptar la propiedad privada, porque así lo desea el pueblo, pero limitarla, para que todos tengan más posibilidades de acceso a ella, y para que su función social se amplíe. Necesitamos demostrar que nosotros no ofrecemos un modelo económico utópico, que el modelo utópico es el suyo, pues agota al planeta, mantiene las diferencias entre regiones y es incapaz de eliminarlas en el mismo seno de las sociedades "ricas", necesitamos un modelo estable, nuevo y justo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

EL ETERNO CAMINO DEL REFORMISMO

(Manolo Navarrete)

Recojo el guante de mi amigo Dani y empiezo por decir que todo esto no es cuestión de tener una mente más o menos privilegiada, sino que es una cuestión de tiempo y dedicación, simplemente. Por otro lado, Marx no hizo su trabajo solo, sino apoyándose en el intercambio de conocimientos del debate socialista y en la experiencia acumulada anteriormente durante toda la historia de la humanidad.

El socialismo no es que deba reformarse, es que es (al menos en su versión científica) intrínsicamente cambiante. Desde Heráclito sabemos que todo fluye (phanta rei), es decir, que todo (incluso a nivel celular) está en cambio constante, permanente. Y así, el socialismo científico (materialista y dialéctico) cambia a la vez que cambia la sociedad, depende de las circunstancias. En otras palabras, la infraestructura material determina la superestructura ideológica. No en vano, Lenin, Mao y el Che, lejos de ser dogmáticos, fueron reformadores del marxismo (por ejemplo, Marx pensaba que la revolución empezaría en las grandes potencias europeas con un gran proletariado industrial y, además, nunca albergó la idea de una guerrilla).

Pero lo que se ha venido llamando “reformismo” es otra cosa: es la pretensión de Bernstein o Kautsky (o de Ignacio Ramonet más recientemente) de renunciar al socialismo, haciendo que el capitalismo adopte ciertas reformas, ciertas medidas sociales que lo hagan “más humano”. Obsérvese primero que los primeros personajes que he citado (Lenin, Mao, Guevara) sí hicieron una revolución, mientras que el resto (Bernstein, Kautsky o Ramonet) se limitaron a escribir teorías y libros preciosos. Creo que esto, que a muchos pajilleros mentales no les importará, ni es casualidad ni debe pasarse por alto.

Yo soy de la opinión de que, sin acabar con el capitalismo, otro mundo NO es posible. ¿Por qué? Ejemplifiquemos. Yo cojo las tierras de Andalucía y abolo los latifundios, repartiendo las tierras entre los campesinos. Pero al cabo de un tiempo, como no he nacionalizado, el campesino A le compra las tierras al campesino B, quizá incluso con una buena oferta que le hace vivir de puta madre. Pero los hijos del campesino B ya no tienen tierras. Tienen que trabajar, a cambio de un salario, para el campesino A, que ya se ha convertido en un terrateniente. Al cabo de dos o tres generaciones, tenemos la misma situación de opresión e injusticia…

Hablas de que hay pilares a los que el socialismo no puede renunciar. Sí, obviamente: y el pilar número uno es el tema de la propiedad. Hay que abolir la propiedad privada de los medios de producción (fábricas, tierras, oficinas). Esa es la base del socialismo, lo único que lo diferencia del capitalismo. Todo lo demás es capitalismo intervencionista noreuropeo, Estado del regular-estar y keynesianismo.

Tampoco hay que olvidar que, sin áfricas y latinoaméricas, tampoco podría haber europas. Las empresas europeas y norteamericanas (y ahora también las chinas y japonesas) se reparten los recursos del mundo, pagando salarios de esclavos para que unos cuantos se beneficien. Y nosotros, indirectamente, nos vemos beneficiados, porque, al vivir en la metrópolis, para tenernos acallados, nos dan cosas como el paro y las pensiones, que en otros lugares del mundo son más que quimeras.

Dices que nuestros principales pensadores murieron hace un siglo. Bueno, eso tampoco es así. Desde Marx y Engels hemos tenido muchos teóricos, y esto llega hasta nuestros días. Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo, Gramsci, Marcuse, Lukacks, Sartre, Tuñón de Lara. Y hoy en día James Petras, Santiago Alba Rico, Carlo Frabetti, Carlos Fernández Liria. No sé, e imagínate cuántos más habrá a los que yo no conozca.

Pero, sobre todo, y lo que para mí es más importante, ha seguido habiendo revolucionarios luchando por llevar el socialismo a la práctica, y no ha parado de haberlos hasta el día de hoy (en Colombia, en Nepal, en Chiapas, en Cuba, en Venezuela… latinoamérica, concretamente, está que arde). ¿Qué quiero decir? Referentes no nos faltan. Y no hay por qué irse al siglo XIX. No estoy de acuerdo.

Luego dices que en Cuba se violan los “derechos humanos”. Para empezar, yo no creo en ese papel mojado fabricado por la ONU. A este respecto, os remito al famoso artículo de Eduardo Galeano: http://www.rcci.net/globalizacion/2002/fg253.htm . Sin embargo, ¿qué derechos humanos no se respetan en Cuba? Pero si es de hecho el único país donde se cumplen los derechos humanos de tener trabajo, techo, pan, sanidad y educación garantizados. Es decir, el único país donde están saciadas las necesidades reales de los seres humanos. ¿Y lo vamos a criticar, precisamente, por no cumplir los “derechos humanos”? ¿A qué derecho te refieres? ¿A la propiedad privada? ¿A la posibilidad de hacerte con 20 casas y empezar a especular con ellas? No, esa libertad, la libertad de mercado (como la libertad de contratar asalariados), por suerte, no existe en Cuba.

También me podrías explicar cómo es posible, si en ese país se incumplen tantos derechos humanos, que Amnistía Internacional diga que tienen las cárceles más dignas del continente americano. O que no se hayan dado casos de tortura. A lo mejor es como cuando las “Damas de negro” protestaban por la poca libertad y la gran represión que tienen en Cuba… ¡a la luz del día! Y la voz en off del telediario de Tele 5 diciéndome lo totalitaria que es Cuba mientras muestran las imágenes que… ¡libremente grabaron sus cámaras! Joder, si es una dictadura tan brutal, ¿cómo es que les dejaron rodar esas imágenes? ¿Cómo es que no detuvieron a las Damas de Negro (las Damas de Bush)? ¿Cómo es que permiten estos actos en contra, estos actos de protesta? Quizá tenga algo que ver con el hecho de que Cuba tenga el menor número de presos políticos per cápita de todo el continente. O con que, según la página de la propia ONU (podéis verlo ustedes mismos) la mortandad infantil sea en EE UU mayor que en Cuba (donde sólo es comparable a los niveles europeos).

Lo que se ha logrado en Cuba (siendo una antigua colonia, partiendo de un nivel muy bajo) es un éxito, no ya del socialismo, sino de la propia humanidad. Pero si sigues viendo ese telediario que quizá, lo quieras o no, ha acabado por influirte, verás que, según dicen, en Venezuela tampoco hay libertad de expresión (vaya, por eso todos los canales de televisión, excepto uno -el del Aló Presidente-, son de la patronal opositora a Hugo Chávez…). Yo creo que esto, más que con la “libertad”, tiene mucho que ver con las miles y miles de hectáreas nacionalizadas por el gobierno, o con la nacionalización del petróleo, o con la ruptura con el FMI y el imperialismo mundial.

En otro sitio hablas de la “clase media”. Pero es que la clase media, simplemente, no existe. O tienes propiedad o no la tienes. Esa es la manera más científica, a mi juicio, de analizar la sociedad y la economía. Porque lo que tú llamas miembros de la clase media son en realidad obreros de la metrópolis, obreros favorecidos indirectamente por la explotación del tercer mundo que lleva a cabo la burguesía de su país. Además, no dejan (dejamos) de ser una minoría afortunada. Pero eso no quita que seas proletario: proletario, que viene del latín, es, en oposición a propietario, el que está alejado de la propiedad. No es, como piensan algunos, el que se muere de hambre o el que trabaja en una fábrica con un mono azul.

Pero lo que menos me ha gustado de tu artículo ha sido esta frase: “El socialismo debe adaptarse a las reglas del juego: la democracia”. Bien, para empezar esas reglas del juego fueron impuestas a sangre y fuego. Así de claro. Lo que pasa es que nosotros no lo hemos visto, porque, sencillamente, es una violencia anterior. La vieron nuestros antepasados. Les quitaron la tierra (para seguir con el ejemplo anterior, muchos de los latifundios y cortijos andaluces provienen de la conquista castellana de los siglos XIII-XV); pero ahora, tras tantas generaciones, lo vemos, erróneamente, como algo natural, como la lluvia o los terremotos. Esas son las reglas del juego en realidad. La tierra se la apropiaron algunos. Así, consiguieron dinero para hacer fábricas. Y más tarde oficinas. No importa, la clave es (sigue siendo) la misma. Y el origen también. Pero es más, si esa propiedad sigue en pie es gracias al poder de mil fusiles lógicos que nos apuntan. Mirando el horizonte, puede parecer que la tierra es plana o que el sol gira a su alrededor, pero las apariencias engañan. Del mismo modo, la apariencia de paz que vivimos también esconde algo.

España no es un país democrático. Democracia viene del griego (demo: pueblo; kratos: autoridad). Es decir, democracia es, etimológicamente, “el poder del pueblo”. Y, en España, el poder no lo tiene el pueblo, sino la burguesía. Nuestra democracia, tan falsa como la ateniense, sigue manteniendo sus esclavos, pero en el tercer mundo. Por lo demás, hay quien identifica democracia con elecciones, pero en Cuba y Venezuela también hay elecciones, así que el argumento, contradiccion in terminis, cae por su propio peso.

El jefe de Estado (el rey) no fue votado por nadie. No hay derecho de autodeterminación de las naciones por medio de referendum (derecho que, al igual que el derecho a un trabajo y el derecho a una vivienda, forma parte de la maravillosa carta de la ONU aunque no los cumpla ninguno de sus miembros; y, en fin, la prueba del derecho al libre desplazamiento de los seres humanos está en las democráticas vallas de Ceuta y Melilla). No hay prensa libre ni medios de comunicación independientes de los grandes partidos. No hay libertad de expresión (y ni siquiera libertad de silencio: se ilegalizan partidos por no condenar a ETA). Viendo esto, debo suponer que las reglas del juego a las que te refieres son las reglas de la propiedad, que, eso sí, está garantizada y blindada por la Constitución y que ningún partido puede violar (además de que ninguno quiere hacerlo, ya que en España no hay una verdadera oposición parlamentaria; ojalá hubiera oposición, pero hay que ser realistas y decir que la dirección de IU es tan liberal como el PSOE, por no hablar de los sindicatos mayoritarios, que son instrumentos de la patronal).

El problema de aceptar las reglas del juego es que supone también admitir el hecho de que no vamos a hacer política real, sino política ficción (como la del parlamento español). Dices que no debemos renegar de la democracia: pero quillo, es que no lo hacemos. Es que la democracia burguesa es una dictadura de los mercados encubierta. Es que Cuba, con todas sus imperfecciones y más, es más democrática que el Estado español. Es que lo que llaman democracia no es igualdad, justicia y libertad, sino desigualdad (clases sociales), injusticia (explotación y plusvalía) y mucha mucha libertad para explotar a otros seres humanos. Es que yo no soy liberal, yo no creo en la libertad así en abstracto: ciertas libertades deben limitarse y suprimirse (por ejemplo, la libertad de asesinar a un ser humano, o la libertad de enriquecerse a costa de otros).

Ya expliqué por qué, si repartimos pero aceptamos la propiedad privada, conseguiremos, en sólo dos o tres generaciones, acabar igual que ahora. Ahora intentaré decir por qué NO defiendo la Tasa del economista liberal James Tobin y el salario social. Bien, en primer lugar, decir que, si lograr esto fuera tan fácil como apretar un botón, yo no sería tan dogmático de no hacerlo. Por supuestísimo que sería mejor tener ese impuesto o el salario asegurado para cada ser humano. Pero es que no es apretar un botón. Es poner como centro del programa político algo que ni de coña van a aceptar los capitalistas (no pueden ceder parte de sus beneficios, ya que podrían ser superados y hundidos por otros capitalistas). Por las buenas, voluntariamente, es imposible que renuncien a sus privilegios. De modo que habría que imponérselo, pero…

…una vez que lleguemos a ese punto, al punto de tener la fuerza suficiente como para imponerles las cosas ¿por qué conformarnos con estas propuestas? Me parece absurdo. Con un impuesto, sólo consegurías darle migajas a las tres cuartas partes de la humanidad que perecen y sufren mientras nosotros (que nunca hemos visto la desnutrición infantil de cerca) criticamos a Cuba por hacernos pajas mentales sobre lo malo que es el Estado (en ocasiones sin saber siquiera lo que es) y sobre el escaso control obrero que hay sobre la producción, porque claro, Cuba nunca molará tanto como nuestro modelo mental-ideal prefabricado y ultraperfecto. Pero a lo que íbamos: con esas migajas de impuestos, se conseguiría algo tan importante y tan maravilloso como que pudieran al menos comer; pero las empresas del primer mundo seguirían explotando sus recursos de manera totalmente ilegítima… Además, los empresarios podrían bajar más los salarios, ya que el salario del obrero (excepto aquí, en la metrópolis) equivale a lo justo para que pueda seguir trabajando y se reproduzca teniendo más hijos obreros; y si bajaran los salarios, en unos años tendríamos de nuevo la misma situación miserable que hace que cada día mueran decenas de miles de personas por desnutrición, inanición, enfermedades curables, etc. Pero, aunque esto no sucediera y pudieran comer, ¿por qué permitir que se les explote, si hemos dicho que para imponer la Tasa Tobin necesitaríamos obligar a los capitalistas? Si tenemos esa fuerza ¿por qué no nacionalizar todos esos recursos y establecer una economía racional y planificada destinada, no a lanzar miles y miles de productos de forma anárquica al mercado, para que unos se pudran y otros se vendan, sino a saciar las necesidades REALES de la población?

Por otro lado, se habla de salario para todos los seres humanos, pero, como dice el himno de la Internacional, “quien no trabaje ha de morir”. ¿Por qué un vago va a tener que vivir del trabajo de los demás? Es más ¿por qué conformarnos con el salario social si hemos llegado a una hipotética situación de fuerza tal, que podríamos establecer un sistema socialista donde la gente trabajara para sí misma y no para un explotador?

Una última reflexión (que ya me estoy poniendo pesao). Dices: “Debemos ser realistas: aceptar la propiedad privada, porque así lo desea el pueblo”. ¿Hay que aceptar lo que desea un pueblo que ha sido manipulado, alienado y al que le han lavado el cerebro, impidiendo que supere la mayoría de edad? Vale, en ese caso tampoco podremos aplicar tu programa, ya que el pueblo no lo desea. No podremos reformar absolutamente nada, porque el pueblo tampoco lo desea. El pueblo no desea el socialismo. Pero esa no es la cuestión. La mayoría no tiene por qué tener la razón. La cuestión es qué piensas tú. Qué pienso yo. Y a partir de ahí, podremos intentar convencer a la gente con nuestros argumentos. Y sólo así, con un pueblo concienciado y mediante una revolución, será posible el socialismo.

Eso es realismo. Y la verdadera utopía es pensar que bajo un capitalismo progre podrá conseguirse un mundo mejor.

Anónimo dijo...

El socialismo como pensamiento, al poco de tomar forma, pronto se dividió en diversas escuelas, que aun manteniendo diversos grados de acuerdo entre ellas en varias cuestiones, llegan, obviamente, a conclusiones distintas en algunos aspectos de su análisis o reivindicaciones. El marxismo, a su vez, ha dado lugar a múltiples concepciones del mundo, del socialismo como fase histórica anterior al comunismo, del camino adecuado para llegar a él, etc. Esto es el resultado, en parte, del trabajo independiente que han realizado distintos autores por separado al dar respuestas varias a diversas cuestiones desde una perspectiva socialista, pero dispuesta al cambio, como debe ser. Ésa es una forma de evolución del pensamiento, si poco a poco el colectivo al que van dirigidas esas ideas (la clase trabajadora) las va “puntuando” según sus intereses. Otra forma sería que nos pusiéramos todos en un gran megacongreso y decidiéramos cuál debe ser la respuesta a cada pregunta. Por supuesto, esta opción es difícil, pero incluso siendo posible, en cada momento histórico saldrían conclusiones distintas. Precisamente es una de las afirmaciones de Marx que le separa de ciertos autores socialistas que llamó utópicos y luego la mayoría (incluso capitalista) acepta hoy, extendiéndolo algunos al propio Marx: la sociedad evoluciona de forma dialéctica, influyéndose mutuamente su sistema social, su pensamiento, etc. La mayoría de esos utópicos pensaron que los comunistas –hasta mediados del s. XIX no se diferenciaban claramente comunistas de socialistas- debían formar comunas cooperativas y con sólo dar ejemplo todo el mundo les imitaría. Está visto que no es tan fácil. También Marx, precisamente, y en parte por esta idea que le fue separando de aquéllos, fue uno de los primeros socialistas en defender que como tales debían realizar una crítica y autocrítica continua ante todo, porque sólo así podremos evolucionar conforme cambia la sociedad y avanza la Historia.
Aristóteles criticó “duramente” en su tiempo la esclavitud, en concreto, la que privaba de libertad a personas antes libres, ya fuera por deudas que se convertían en impagables, o por ser prisioneros de guerra. Ni siquiera veía inconveniente en que fuera esclavo el hijo de esclavos, y aun así provocó una gran polémica. Hoy en día, la inmensa mayoría de las personas de todo el mundo repudiamos la esclavitud de cualquier persona, y todavía consentimos que exista en cierto grado. Incluso en Europa se descubren cada año mujeres que viven en esas condiciones, y no me refiero a niños que trabajan 12 horas diarias por salarios de mierda, porque la mayoría de ellos al menos tienen la opción en el futuro de encontrar algo mejor, aunque siga siendo lamentable por lo general. Me refiero a que esas prostitutas viven con la amenaza de muerte por parte de sus proxenetas y éstos las intercambian en el “mercado de blancas”.
Hoy casi nadie cita a Aristóteles para reivindicar la lucha contra la esclavitud, pero aparte que muchas de sus aportaciones a la Lógica (entre otras) siguen siendo de interés, no se le suele citar porque el antiesclavismo es un principio que se presupone adscrito incluso a la legislación vigente. Se supone un debate superado. Sin embargo, la lucha contra la esclavitud, aunque tenga más de 2500 años, sigue teniendo sentido.
Obviamente, mucho más sentido tiene luchar contra toda explotación incluyendo la dominante actualmente, la que se ejerce contra todos los asalariados del mundo y aun le queda por desaparecer. Algunos creemos que trabajar en partidos obreros es útil para facilitar esa transformación de la realidad que seguramente compartimos, pero no concibo que sea un instrumento suficiente. Parece evidente que se requieren muchos otros: concienciación de la mayoría, articulación de diversas organizaciones colectivas (siendo las políticas una minoría de las necesarias)…
Creo que achacar el estancamiento del pensamiento socialista a las insistentes referencias a Marx y otros autores clásicos por parte de algunos marxistas no lo explica ni mínimamente. Es como criticar la utilidad de la ciencia apoyándose en el primitivismo de los estudios de alquimistas y cirujanos medievales. Hoy en día se repiten sus bases conceptuales hasta la saciedad en Química y Medicina. ¿Acaso no hay que insistir en que la esclavitud es injusta, a pesar de que lleva en la Tierra más de 4000 años? Cosa distinta sería que ni el mejor de los hospitales actuales fuera capaz de curarnos un apendicitis… Eso sí sería para dudar de la cirugía.
Actualmente hay marxistas vivos –sorprendente, ¿verdad?- que analizan las realidades de hoy (América Latina, las relaciones entre potencias centrales y las periféricas, la nueva expansión del neoliberalismo…) y creo que hay partidos que los tienen en cuenta. Otra cosa es que sean mucho menos que los que revisan una y otra vez las teorías económicas y sociales capitalistas, pero en el capitalismo es lo más rentable... Salirse de la “norma” está bien, pero no da de comer. Además, hoy en día consiguen poner en duda a mucha gente de realidades básicas. Por ejemplo, la explotación domina a todos los asalariados, desde repartidores de pizzas hasta médicos de grandes multinacionales, pero muchos creen que es una situación excepcional que sólo afecta a jóvenes y otros colectivos precarios y que “ya pasará”… Es el primer paso para relativizar el problema y ver imposible la unidad de la mayoría contra aquél. Está claro que no es la misma situación y que entre ingenieros y arquitectos bien pagados poco despertará la conciencia revolucionaria, pero siendo así, tampoco hay que caer en el extremo “hala, pues contra ellos también”, y eso también nos lo enseñan los clásicos. Tampoco ellos podrían decidir qué hacer con sus plusvalías extraídas ni aunque quisieran algo distinto a lo que predispone el capital. Por ello a veces nos encontramos en el mismo debate que hace un siglo, al igual que el problema fundamental parece ser el mismo que entonces, por supuesto, con formas totalmente nuevas, pero consecuencias muy similares: hambre, precariedad, guerras… Sin embargo, los que ya tenemos claro que no nos creemos ni el mensaje nacionalista-patriótico ni patrañas similares, podríamos dar un paso más y discutir sobre autores actuales: ¿planteas alguno? No nos dejemos afectar por lo que muestran (o les permiten mostrar) a los partidos por la tele, se pueden discutir muchas más cosas que el Estatut, los presupuestos militares o la vigencia del Manifiesto Comunista.
Y ya que menciono partidos, debo añadir que tampoco está en ellos la respuesta a todas cuestiones del socialismo. La mayoría de los autores marxistas de categoría no militan en partidos. Por tanto, no debemos confundir socialismo y partidos socialistas. Evidentemente, deben relacionarse pues si no algo estará fallando. Sin embargo, no recuerdo haber leído nunca que un marxista critique la “disciplina de partidos” –¿te refieres a acatar lo que se decide en una asamblea?-, sino la falta de auténtica democracia (y no sólo en las formas, sino sobre todo en representatividad de la clase mayoritaria, la obrera, que es minoritaria en los partidos burgueses), la fe en líderes y diversos idealismos, y la ideología en la medida que se presenta como “verdad” al margen del análisis científico. En todos estos errores pueden caer los partidos obreros y en manos de sus militantes está luchar contra ellos, pero la unidad de acción puede ayudar, siempre que sirva para defender acuerdos constituidos democráticamente en su seno. Un comité central, por ejemplo, que no difunde los debates que en él se producen para llegar a una u otra decisión, lo que exigirá no es disciplina, sino fe. Si sus militantes lo aceptan no será por culpa del “socialismo”, como si fuera un ente al margen de las personas, sino culpa de esos militantes, es cúpula, todas las influencias que les llegan… A lo mejor es su forma de ver el socialismo, pero eso no lo convierte tampoco en lo fundamental del socialismo, como tampoco su base conceptual (la de Marx, la de Pablo Iglesias o la que prefieras) es “casi todo” el socialismo. Si quieres, te recomiendo unas cuantas lecturas, ya verás todo lo que ha llovido desde mediados del XIX hasta hoy.

Por último, también es en cierta medida independiente de la evolución del socialismo la de las sociedades, aunque están íntimamente relacionadas. Si un país es manipulado humillantemente durante 60 años por una potencia como EEUU tras siglos de ser colonia, y el pueblo se levanta en armas contra un cruel dictador como Batista que usaba la tortura sistemáticamente contra opositores, el proceso que esta situación origina no va a ser un camino de rosas. Sin embargo, creo que sería faltar a la verdad ignorar los avances en materia social y reducción de la represión que se ha producido. Por supuesto que debemos reconocer nuestros errores, pero tampoco echarnos sobre las espaldas los de todos los pueblos y partidos cuyas luchas apoyamos. ¿Acaso no debería acabar primero el bloqueo y terrorismo que les asfixia y después ir pidiéndoles que aumenten esas libertades políticas que no permitimos aquí, como la de reunirse con terroristas? Recuerdo que la mayoría de los presos llamados políticos por Amnistía Internacional cumplen condenas por actividades consideradas ilícitas aquí también en España, como reunirse y presumiblemente financiar a los terroristas anticubanos que actúan dentro de Cuba. Si me invitas a denunciar tanto la crueldad de unos como restricciones del otro, muy bien, denunciémoslo todo. No vale quedarse ni en media verdad ni en la otra mitad. De todas formas, no se trata de justificar la represión ni la falta de un pluripartidismo necesario, sino de ser justo en nuestras reivindicaciones. Cuando luchamos contra el capitalismo, no pretendemos acabar con las mejoras tecnológicas ni con las urnas electorales -¡qué gran invento!-. Igualmente, por los errores de un partido que domina una sociedad ideologizada en torno al antiimperialismo yanqui no podemos condenar las mejoras sociales que allí se han dado, sólo dichos errores –otra cosa es que lo hagamos con la fuerza que merece, que me parece genial-. Las manifestaciones contra EEUU son multitudinarias y se sabe que cuando secuestraron a Elíán empezaron espontáneamente. Sin embargo, para denunciar la manipulación de las elecciones sólo se movilizan de 10 a 20 personas en La Habana cada año, y ninguno acaba en la cárcel por ello, mientras que en España te encarcelaba por visitar la tumba de Pablo Iglesias –no te digo ya por manifestarte, lo que incluía recibir palos- y aun así se agolpaban por millares. Quizá esas políticas sociales que garantizan, por ejemplo, sanidad gratuita y de calidad alta según la OMS, sigan mereciendo cierta consideración. Según UNICEF, es el único país, junto con Canadá, en el que se ha erradicado la desnutrición infantil en todo el continente americano. Hay que aprender de lo bueno y desechar lo malo, ¿no crees?
Terminando, te agradezco y creo que hablo en nombre de muchos tu invitación a los socialistas de todo el mundo –porque aunque no digas, tú no tienes problemas con ninguna cultura, ¿no?:p- a repensarlo todo. A ver si entre todos hacemos evolucionar este pensamiento que sólo tiene poco más de 150 años y hay que ver todo lo que ha dado que hablar desde entonces, ¿eh?! Teniendo en cuenta que ya en el siglo XIV hay textos que sientan las bases del pensamiento capitalista… Creo que si se desea luchar por un mundo mejor, hay que tener paciencia, y mucha imaginación, porque muchas vueltas dará la vida antes de que sea posible. Y a ese debate que propones para que vayamos buscando soluciones nuevas, yo me apunto.

Anónimo dijo...

Acabo de darme cuenta que alguien se me ha adelantado, pero que conste que desde que Dani publicó este post, me puse a trabajar en esta respuesta, como le prometí:p. Por eso pido disculpas si repito ideas del comentario anterior, que por cierto, me parece en lineas generales mejor. He publicado el mio tal cual de todas formas porque no me da tiempo de retocarlo, pero ya veo, Dani, que tienes otros amigos para recomendarte lecturas...:p muy aconsejables, por cierto, aunque también añadiría unos cuantos vivos más, como Samir Amin, Governeur (para entender El Capital con un lenguaje más sencillo y ejemplos muy de hoy), Diego Guerrero...

Anónimo dijo...

Por poco me muero leyendo vuestras respuestas. Recomiendo humildemente más síntesis.

Cuestiones a tener en cuenta:

1. Es cierto que la izquierda carece de modelo, no ya de uno filosófico sino incluso de uno análisico, con el que hacer frente al neoliberal.

2. El sistema económico debe plegarse a las necesidades humanas, y no al revés. En este sentido, la economía neoliberal avanza atomizando al hombre y reduciendolo al más superficial de los sentidos de la mercancía.

3. La propiedad privada de los medios de producción es una cuestión básica, deduciendo que la explotación surge de ahí (teoría laboral del valor).

4. Hay que acabar con la simbología tradicional: los símbolos no importan, lo trascendente es la realidad en sí. El lenguaje y los símbolos la ahogan y luego la transforman.

5. Las dinámicas metodológicas clásicas están bloquedas. El funcionamiento de los movimientos de izquierdas son espirales de giro hacia sí mismos: procesos asamblearis interminables e ineficientes.

6. La democracia, en el concepto actual, es un sistema poco avanzado de representación por votaciones que responde a las necesidades actuales del capitalismo. Una persona debería significar un voto, y eso no ocurre.

7. El axioma de voluntariedad es falso. La voluntad no surge de la nada. La democracia no aspira, por sí misma, a solucionarlo todo, sino a mantenerlo en un status quo que sirva a los intereses del que en ese momento esté en el poder (no político, sino de fondo). Es plausible creer que en la Baja Edad Media todos estaban de acuerdo con el sistema.

8. Rechazar el totalitarismo es necesario, tanto como aceptar que el capitalismo tiene aspectos muy positivos (liberalización de la individualidad psicológica), y en el mismo nivel que rechazar la deshumanización actual y el servicio a entes superiores: llaménse naciones, empresas o dioses.

Anónimo dijo...

No debe ser nuestra costumbre discutir sobre conceptos, pero ya q esto es un debate interno del socialismo, y siendo breve, diré que son muy cuestionables los conceptos "neoliberalismo" y "totalitarismo".

En primer lugar, la economía liberal a lo Adam Smith no existe en ninguna parte del mundo, puesto que desde finales del s. XIX- principios del XX, la economía tiende al monopolio imperialista. Smith soñaba con una federación de productores independientes, sin monopolios ni ingerencia estatal. Hoy en día, Estado y capital están fusionados. Por tanto, neoliberalismo no me parece una expresión q refleje bien esta economía, la cual supone en realidad una ruptura con el liberalismo. Me parece más exacto hablar de capitalismo o imperialismo monopolista.

Por otra parte, la palabra "totalitarismo" me parece una manera fina de igualar el comunismo y el fascismo y de decir ese tópico de q "los extremos se tocan". Creo que es una categoría q dice muy poco en sí. Aun recurriendo a la etapa más dura del stalinismo, la economía socialista, pese al burocratismo, nunca tuvo nada q ver con el fascismo. Es ganas de llamar con el mismo nombre a dos realidades distintas. Es una definición hecha ad hoc, cogiendo solamente los puntos q coinciden.

Si totalitarismo es un régimen de intervención en todos los órdenes de la vida y de concentración de los poderes estatales en un grupo, el régimen que vivimos aquí y ahora es totalitarismo.

Aparte, aplicar el término a Cuba me parece delirante, ya que ¿cuándo se han visto allí deportaciones de masas o gulags? No hay una sola estatua de castro o el che ni cuadros en los lugares públicos. No se da el culto a la persona.

Kinderzimmer dijo...

¿Cómo que no hay estatuas ni cuadros del Che o Castro? Realmente has visto pocas fotos de Cuba.
Que es eso de monopolismo imperialista? Me parecen dos palabras unidas con alfileres, que suena muy bonito pero no quiere decir nada. Efecitvamente, Adam Smith se equivocaba, pero es que nadie aplica las teorías de Adam Smith hoy en día, Adam Smith es al capitalismo como Marx, pero los capitalistas ni lo nombran ya. Abusan de Keynes y otros teóricos, pero no nombran a Adam Smith más que para explicar la especialización, algo que es, por otra parte, completamente razonable, aquí y en todas partes.
cuando hablas de las injerencias del estado, te recuerdo que aquí vives mucho más libremente de lo que puedes vivir en cualquier intento que se haya dado de socialismo y eso es triste. Te recuerdo que aqui podemos escribir activaMENTE, e incluso si lo deseamos, obtener subvenciones por ello. Te recuerdo que aquí existe el PCE y demás. Te recuerdo que aquí tienes internet para decir lo que te de la gana. Te recuerdo que aquí puedes establecer cooperativas, y otros sistemas empresariales más acordes con el socialismo. Te recuerdo que aquí, el gobierno procura (o al menos eso debería) no dictar leyes referentes a la moral, como es lógico. Este estado garantiza mis derechos mucho más que Cuba.
hay que dejar las cosas claras. El hecho de que en este Estado se cometen atropellos todavía, no significa que sea el peor de los Estados. Hay que luchar para que se dejen de cometer, pero la situación en Cuba es mucho peor al respecto, y eso es imperdonable pq Cuba dice ser socialista. Sabes k te digo? Y una mierda. En cuba hay cosas maravillosas, casi todas relativas a la sanidad y la educación. Y estoy de acuerdo en que hay que eliminar el bloqueo antes que cambiar el sistema. Pero en Cuba hay mucha más represión que aquí, mucho más favoritismo y corrupción generalizada. Si criticamos, criticamos, a las duras y a las maduras. Para mi eso es ser socialista: criticar lo incorrecto, y me da igual si lo hace Castro, Zapatero o Bush. Mejor de Bush no hablamos, porque eso ya es la panacea de las irregularidades y la no-democracia. Pero no olvidemos que EEUU también tiene sus cosas buenas. Al Cesar lo que es del Cesar.

Anónimo dijo...

No estás de suerte, dani, porque, aparte de tener muchos amigos q han ido a cuba, la mejor amiga de mi hermana estuvo años viviendo allí.

De acuerdo, en cuba hay muchas pinturas del che por las calles, pero no hay una sola estatua, ni del che ni de castro. No creo q pueda hablarse de culto a la persona en el sentido stalinista de la palabra.

Aquí en españa tenemos más culto a la persona: la prensa del corazón por ejemplo, la familia real, etc. Además, cuando llegas a cuba te sorprende la ausencia de publicidad de empresas por las calles... Caes entonces en la cuenta de q toda esa intoxicación q nos meten aquí con la publicidad no puede ser buena para el cerebro.

No creo q fidel castro tenga el poder allí; más bien me parece una figura carismática q da discursos poéticos de varias horas. No creo q mande él, vamos, ni mucho menos.

Con respecto a lo otro, no son palabras unidas con alfileres, hombre. Ya q estudias la economía, léete la obra "El imperialismo, fase superior del capitalismo". Es un clásico. En él, se expone lo q es el capitalismo monopolista de Estado o imperialismo (es la etapa actual del capitalismo, caracterizada por el capital financiero, q surge de la fusión del capital bancario con el capital industrial; es una etapa en la q el Estado y el capital están en las mismas manos; se agudiza la expansión en busca de nuevos mercados y se crean grandes trust y cárteles, cuyos intereses acaban chocando entre sí y produciendo grandes guerras... El libro, como es normal, lo explica mejor q yo, jeje).

No creo q aquí vivamos más libremente q en cuba. Allí también puedes sacar panfletos contra castro (la oposición lo hace cada día), hacer actos de disidencia (salen hasta en el telediario: los hacen y nadie los detiene por ello). Aquí existe el PCE (q por otro lado es un partido q, desde los pactos de la moncloa, acepta la constitución capitalista y monárquica) y allí existen los "disidentes".

Allí hay 200 presos políticos (en españa hay 700), y son personas q, como se ha demostrado en un tribunal (allí no hay ejecuciones extrajudiciales ni tortura), fueron financiadas por la CIA; y algunas están implicados en atentados con bombas (Cuba es, según chomsky, el país q más ha sufrido el terrorismo).

Pese a las intoxicaciones de la prensa burguesa, allí también puedes tener internet, sólo q los precios son altos porque esa tecnología se fabrica en EE UU y otros países q tienen bloqueada a la isla, por lo q la conexión tiene q ser vía satélite, lo cual hace q sea caro y lento.

No obstante, 1/3 de la población tiene internet a través de la escuela o el trabajo (todos los colegios tienen, y esto es fruto de un esfuerzo increíble, porque USA también bloquea la venta de ordenadores a Cuba). El resto de la población puede pagarlo, aunque, eso sí, reconozco q por desgracia el precio es aún demasiado alto. Pero vamos, viendo el contexto caribeño y suramericano y la situación histórica, el mero hecho de q sepan leer es ya un milagro.

Tampoco creo q haya más represión q aquí ni más corrupción. No obstante, dejo ya el temita porque me canso.

Cada uno escoge a quién quiere apoyar: al socialismo cubano o al capitalismo español.

Anónimo dijo...

La policía inglesa mata a un brasileño en el metro porque al ser morenito pensaba q era un terrorista.

La italiana mata al manifestante carlo giuliani de un disparo en la cabeza.

Un policía español mata al dueño de una tienda q no quería poner un cartel atribuyendo a ETA la autoría del 11-M. Días más tarde, en una mani de protesta por el suceso, la policía carga, con el resultado de una mujer mayor muerta de infarto.

¡Imagínate la q montarían los medios de comunicación si una de estas cosas pasara en Cuba!

¡Cuántas condenas de personalidades públicas, cuántas banderas a media asta y manos blancas se verían!

Pero claro, aquí hay menos represión q allí...