Ayer me enteré por el blog de "Por la boca muere el pez" de que el ayuntamiento de Toledo (controlado por el PP) ha decidido retirar del cartel la obra de Leo Bassi, Revelación, justo después de que el arzobispo de Toledo haya hablado duramente de ella. Además, hace sólo unos días se encontró una bomba entre los asientos del teatro que acogía la obra en otra ciudad. También me llegan noticias del juicio al que "cocinó" una efigie de Cristo por la televisión, y de que han amenazado con llevar a los tribunales a la obra de teatro "Me cago en Dios" (si no es que no lo han hecho ya).
En mi ciudad, Sevilla, hay ocho días al año en los cuales si quieres cruzar la ciudad de una punta a otra no puedes hacerlo. Hay ocho días al año en las que las calles se llenan de gente que se empujan los unos a los otros en una muestra de civismo maravilloso mientras que en sus manos llevan las fotografías de sus ídolos y lloran de alegría al ver a estos. Hay ocho días al año en los que las calles se llenan de mierda que el ayuntamiento tiene que limpiar. Hay ocho días al año en los que si vives en el centro estás encerrado en tu casa. No es una botellona y además está subvencionado de forma multimillonaria por el ayuntamiento. Es la Semana Santa (y no estoy teniendo en cuenta el Corpus Christi y demás celebraciones religiosas que pueblan el calendario de mi ciudad) pero bien podría llamarse la Semana Pagana.
En esta ciudad, si no te gusta la Semana Santa, esa semana en la que unos pocos pero muy ruidosos (a consta de unos muchos silenciosos y sufridos cuya única solución es el exilio: la playa) se apoderan de la ciudad por completo, cortan el tráfico, cierran negocios, se declinan servicios mínimos, te jodes. Así de sencillo. Y a quién se atreve a cuestionar cualquier aspecto de la fiesta se le hace callar.
Esa fiesta que debería ser para los católicos y debería realizarse de tal forma que compagine con los intereses de la ciudad, monopoliza la misma. Lo mejor de todo es que muchos de sus seguidores ni siquiera son creyentes, sólo adoradores de estampitas y coleccionistas de cadenas que después despotrican contra la Iglesia machista, jerarquizada, enriquecida y protectora de los ricos y apoderados (los que menos protección necesitan). Creo que eso es paganismo.
En la ciudad de Sevilla (así como en toda Andalucía), si hablas mal de la Semana Pagana, te miran mal y te dicen que mejor te calles, porque "ofendes". "Si no te gusta no vayas" te dicen, como si fuese tan fácil, básicamente porque no soy yo quien va a ella, sino ella la que va a mi, y la que chupa de mis impuestos.
En mi humilde opinión, y espero no ofenderte a ti también si lees esto, los católicos y capillitas tienen un concepto del honor y la dignidad muy altos y son fácilmente heridos. con demasiada facilidad diría yo. Espero no ofenderte con este post, pero si te ofendes... te j----s por una vez, como yo ocho días al año.
miércoles, marzo 15, 2006
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2 comentarios:
Si te consuela, des de aquí hay mucha gente que lo ve y piensa que vuestra semana santa es una salvajada, que hay muchos fanáticos en Andalucía, que es una exageración, que es vivirlo al extremo...
vivaaaa jajajaja sí, pero aquí mucha gente piensa así también. Que no todos los andaluces somos iguales.
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