lunes, marzo 13, 2006

La trola del libre mercado

Hoy en día se nos habla del libre comercio y del Estado no intervencionista como si fuese la panacea. Se plantea el modelo liberal como la base para un desarrollo económico y es lo que se pretende imponer a los países menos desarrollados para que sean capaces de crear una industria que lidere el cambio económico. Aznar nos vende el libre mercado como la razón por la que unos países son ricos y otros pobres.
Sin embargo esto es una falacia. Todos los países que hoy en día lideran la economía mundial tuvieron un Estado proteccionista en los momentos decisivos de su economía, y volvieron a él cuando más les convino.
Gran Bretaña abandonó el modelo proteccionista en 1840 (y con matices, pues sus colonías seguían estando blindadas), cuando se convirtió en la mayor potencia económica y militar del mundo, y con un crecimiento del PIB del 1,3%. A partir de ese momento su crecimiento pasó a ser del 1.0% hasta que perdió el liderazgo frente a Alemania y los EE.UU. Gran Bretaña no necesitaba del proteccionismo porque sus grandes bancos y astilleros estaban creados, le convenía el comercio porque no tenía competidores.
La economía alemana se empezó a desarrollar a medida que el Estado creaba unos bancos fuertes que formaron cárteles potentísimos como Krupps o Thyssen (que sufragaron a Hitler en su ascenso al poder, y que persisten hoy en día: mi tostadora es Krupps). En Suecia los fuertes aranceles junto a las fuertes inversiones en educación por parte del gobierno, crearon gigantes como Ericsson. Precisamente el mayor protector de su economía, es el país que exige a todos los demás que la liberalicen: EE.UU. De hecho, los aranceles fueron el motivo de la Guerra de Secesión americana, y no los esclavos negros (de hecho Lincoln siempre había estado en contra de liberar a los negros) y cobijados en ellos surgieron las compañías de Rockefeller, Colt o Remington por ejemplo.
El proteccionismo permitió que los países que lo desarrollaron forjaran grandes industrias competitivas a largo plazo, que les ha permitido estar en la cresta de la ola de la economía hasta nuestros días, de donde parece ser que no tienen intención de bajarse. Es el mismo proteccionismo que mantiene a África empobrecida, y que ha permitido que China se desarrolle, únicamente para crear un mercado nuevo que diese salida a los productos europeos y americanos.

2 comentarios:

Kosmonaut dijo...

Es la típica historia de la mano invisible que regula el mercado sin que la veamos... más o menos como Dios o Alá o el destino o los espíritus... puedes tener fe en ella como un dogma o puedes ser ateo y no creer que exista...

Kinderzimmer dijo...

A veces, creo, que no es cuestión de fe, sino de escepticismo... y de buena fe.