miércoles, abril 11, 2007

No soy un radical.

Muchas veces he argumentado que un buen libro es aquel que cambia tu perspectiva sobre las cosas que te rodean. Muchos buenos libros he leído y muchos me han influenciado pero la memoria es frágil y los libros que me han marcado más en los últimos cinco o seis años son dos libros muy diferentes: "A Social History of the United States" y "The God Delusion". Este último libro es el que estoy terminando ahora y al que me voy a referir en este post extrapolándolo a mi situación.
"Fundamentalism and the Subversion of Science" es el capítulo de "The God Delusion" en el que Richard Dawkins explica con maestría la diferencia entre tener fe en algo y creer en algo. Entre ser un fanático, un radical, y no serlo. Dawkins explica que él cree y defiende con pasión la teoría de la evolución porque todas las pruebas apuntan a que es cierta, pero que si un día alguien le demuestra que estaba equivocado, muy agradecido por haberle sacado de su error se mostrará con respecto a esa persona. Es cuestión de tener una actitud científica: cree en lo que se te demuestra y deja de creer si se te demuestra lo contrario. Esta actitud te permite defender con pasión aquello en lo que crees.
Esta frase la habréis leido en mi blog decenas de veces: no soy un científico. Pero creo que esa actitud científica es una actitud que me gustaría adoptar en mi día a día. Evidentemente todos tenemos debilidades y no podemos aceptar muchos de nuestros errores pero tener esa postura en mente puede hacernos un poco más tolerantes y humanos.
Sin embargo esto también me permite defender de forma pasional mis posturas, mis ideas. En dos días se celebra el 76 aniversario de la proclamación de la II República Española. La II República española no fue el Edén en la tierra, no fue la panacea, pero fue un sistema político adelantado a su tiempo. Un sistema político proclamado democráticamente e interrumpido por un golpe de estado violento y cruel. La guerra y la dictadura han sido un inmenso paso atrás en la consecución de los intereses por parte de la clase trabajadora, la clase que de verdad importa.
No soy un radical, ni un fanático. "No voy a ponerle bombas a nadie, decapitar, apedrear, quemar en la hoguera, crucificar, o estrellar aviones en rascacielos" por un desacuerdo es lo que dice Richard Dawkins cuando los creyentes le acusan de fanático. No voy a cometer atentados, golpes de estado, represiones violentas y cientos de miles de asesinados en la cuneta en fosas comunes es lo que les respondo a los que me llaman radical en este país. Pero con firmeza voy a defender que todas las personas deben nacer con los mismos derechos y una Constitución no es quien para darle a una persona y sus descendientes unos derechos exclusivos.

2 comentarios:

Terzio dijo...

La 2ª republicaca no advino "democráticamente"; resultó de unas elecciones municipales que ganaron los partidos monárquicos con mayoría sufieciente en los pueblos, pero los partidos republicanos sacaron más votos en las capitales de provincia(como si ahora los pperos reclamaran el gobierno de la nación al ppsoe porque han tenido más votos en las municipales...o algo así).

Fué un desastre, con intelectueles,masones, socialistas de salón y comunistas que querían repetir lo de Rusia, más anarquistas que no sabían que querían y el remate de los nacionalistas-separatistas haciendo su política con todos y contra todos.

Cuando Ortega y Gasset clamaba a los pocos meses del estreno republicano "...No es esto, no esto!..", le estaba dando voz a la decepción de los mejores.

De lo del 36, busca alguna crónica (bastan los periódicos) del año que le precedió, y entenderás que el estallido fué una necesidad.

Kinderzimmer dijo...

Verás, 1931 existía una ley según la cual si tan sólo había un candidato a concejal, no se celebraban las elecciones. Así consiguieron el puesto de concejales 22000 concejales republicanos frente a 1500 republicanos. Teniendo en cuenta que se votaban 80000 puestos de concejal, estas cifras son representativas. Donde se celebraron las elecciones, es decir, en las ciudades, el número de concejales republicanos fue sorprendente, por cada concejal monárquico en Madrid, había tres republicanos. Por cada monárquico en Barcelona había cuatro.
En las elecciones a Cortes Constituyentes de junio de 1931, la izquierda ganó la mayoría de las Cortes.
A partir de tu segundo párrafo es una chorrada. Lo siento. No dices nada más que repetir el discurso franquista de los cincuenta: fue necesario! los masones se hicieron con el control! los comunistas querían repetir lo de la URSS!. Por si no lo sabías, cuando estalló la Guerra Civil la república no le pidió ayuda a la URSS hasta que se la negó Francia e Inglaterra por miedo a provocar la Segunda Guerra Mundial.
Los mejores los eliges tu? O los elige el pueblo, como fue el caso? Como fue el caso de casi todas las capitales de provincia en las que el pueblo se lanzó a la calle a defender la República, como fue el caso de Sevilla.
Para eso está la democracia, para evitar que gente como tú elija quienes fueron los mejores.