lunes, septiembre 25, 2006

Palabras agraciadas

Parece ser que el panorama religioso está especialmente movido últimamente. Por un lado tenemos al Papa, que ha dicho una verdad como un templo citando al emperador bizantino que aterrado por el peligro musulmán que sobre sus tierras se extendía, escribió acerca de esa religión que expandía su fé mediante la violencia. Claro, que el Papa parece tener frágil memoria y no recordar una de las mayores salvajadas que se perpetró en la historia de la humanidad en nombre de la iglesia católica: la cruzada de los niños. Sin olvidar el Tribunal de la Santa Inquisición y tantas otras barbaridades que siguen cometiendo hoy en día, en especial en países latinoamericanos, donde su alianza con el poder les ha llevado a la complicidad con genocidas.
Por otro lado tenemos a los musulmanes. Se les acusa de ser violentos y ¿cómo reaccionan? Pues lo único que se les ocurre para desmentir que son violentos, es lanzar cócteles molotov a las iglesias palestinas. Toda una señal de madurez.

Finalmente tenemos a ese titiritero llamado Aznar que se permite decir la siguiente estupidez: "¿Cuál es la razón por la que Occidente siempre debe pedir perdón y ellos nunca? ¡Ellos ocuparon España ocho siglos!". Vamos a ver. ¿Quién no ha ocupado España alguna vez? Para empezar, España no era España, era un reino visigodo que se había instalado en el territorio arrebatado a los romanos, que a su vez sometieron las distintas tribus hispánicas (entre ellas, y una de las más avanzadas, los tartessos). El territorio conquistado por los visigodos nunca fue estable, primero Hispania (y no toda ella) formaba parte de un territorio mayor con base en el sur de la actual Francia, y finalmente sólo Hispania, aunque perdieron el sur a manos de los bizantinos. Es decir, que España como tal, no existía. ¿Deben pedir perdón los romanos y los visigodos? Claro que sí, los romanos nos legaron el derecho romano, base de nuestro actual derecho, y aunque parezca una tontería, es lo que ha hecho que Occidente sea capaz de separar el Estado de la Iglesia.
Después llegan los musulmanes y nos convertimos en la mayor potencia del mundo conocido. Córdoba y Granada son nombres que resuenan en toda Europa. Los musulmanes traducen los textos antiguos, respetan a los cristianos y judios, e incluso su derecho. Las ciudades musulmanas, en especial en Andalucía, se convierten en las primeras verdaderas urbes cosmopólitas de toda Europa desde Roma. ¿Hay que pedir perdón por eso?

1 comentario:

Kosmonaut dijo...

La madurez se está convirtiendo en un bien escaso, y en peligro de extinción.