A lo largo del mal llamado proceso de paz, mi opinión acerca de la negociación con la banda terrorista E.T.A. ha ido cambiando. Si bien en los primeros meses de la también mal llamada tregua me parecía que había que intentarlo todo para conseguir la rendición de E.T.A. mediante el diálogo, con el tiempo me fui dando cuenta de que realmente había poco que negociar, aunque nunca siempre he creído y sigo creyendo de que es improbable acabar con el problema terrorista utilizando tan sólo la fuerza, y que sería mucho más rápido y eficaz la negociación.
El problema es el que ninguna de las partes tenía realmente mucho que ofrecer, porque los pasos que deben tomar cada una de las partes son tan obvios que no hace falta negociarlos. El gobierno debe volver a la ley de partidos que había antes, la actual no se puede justificar bajo ningún punto de vista ya que fue redactada con el único fin de prohibir Batasuna cuando se demostró en un juicio que ésta no estaba relacionada con E.T.A. (si en el juicio se hubiese demostrado la relación entre ambas organizaciones no habría hecho falta cambiar la ley de partidos), el gobierno debe además garantizar que los presos etarras, al igual que todos los otros presos, irán a la cárcel más cercana a sus familiares y que la integridad de los presos no corre ningún peligro. Los terroristas tienen que dejar de matar, extorsionar, secuestrar... deben abandonar la violencia.
Éste ha sido un proceso de paz condenado al fracaso desde el comienzo: por un lado tenemos a una izquierda abertzale que niega que haya comenzado siquiera el proceso de negociaciones, y que una vez ha cometido E.T.A. el atentado aseguran que el proceso continúa y no ha muerto. ¿En qué quedamos? ¿En que no ha empezado o en que ha empezado y sigue adelante?. Por el otro lado tenemos al partido en el poder que no ha realizado gesto alguno para favorecer la negociación: ni acercamiento de presos, ni legalización de Batasuna... nada. No han hecho nada para permitir que el proceso de paz sobreviva. Se han visto tan amedrentados por la derecha política de este país, que ha intentado sabotear el proceso desde el principio, que no han hecho nada. Si miramos los titulares de hace algunos años, podemos leer como bajo el gobierno de Aznar se acercaron a las cárceles vascas cientos de terroristas y se le concedió el tercer grado a muchos más. Ahora tienen el descaro de decir que ni siquiera negociaron con ellos y que el partido socialista está haciendo concesiones a los terroristas, cuando es exactamente lo que tenía que haber hecho y no ha hecho. Finalmente tenemos a E.T.A. La organización terrorista creía que Zapatero estaba tan necesitado del proceso de paz que haría cualquier cosa por favorecerlo, y han permitido la Kale Borroka, salidas de tono de la izquierda abertzale, pensaban que los terroristas no serían condenados... ridículo. Con el atentado de la terminal 4 los únicos que han perdido han sido ellos.
Zapatero se ha quitado de encima un proceso que le estaba perjudicando gracias a la campaña de mentiras de la derecha, la derecha no puede estar más feliz porque el proceso ha fracasado, la izquierda abertzale se ha quedado con la boca abierta y ha admitido que no se lo esperaban. E.T.A. volverá a intentar negociar porque su lucha no lleva a ninguna parte y cada vez están más ahogados policial, política y económicamente, y entonces tendrá que ofrecer un poco más que en esta negociación, que ya tuvo que ofrecer un poco más que la vez anterior y no lo hizo. Es la vuelta a lo cotidiano.
sábado, enero 06, 2007
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