Cuando leemos acerca del Holocausto acontecido durante la Segunda Guerra Mundial, muchas veces nos hacemos una pregunta ¿Por qué no se rebelaron los judíos? Los nazis en apenas 4 ó 5 años consiguieron eliminar a casi siete millones de judíos sin apenas resistencia. ¿Qué pasó? Si observamos la historia, vemos que normalmente sólo aquellos que no tienen nada que perder son capaces de rebelarse, pero ¿acaso no lo habían perdido todo ya?
Algunos aducen a la mentalidad judía, para la cual el trabajo manual siempre ha sido un desprestigio. A lo largo de la historia los judíos han sido grandes pensadores, artistas, científicos... Han desarrollado con frecuencia actividades que no requerían de una especial habilidad física, y quizás por eso no se sentían capaces de rebelarse de forma violenta. Otros aseguran que es la fuerza de la costumbre, que los judíos nunca se rebelaron a los abusos cometidos contra ellos a lo largo de la historia desde la rebelión contra el Imperio Romano. Algunos dicen que en ningún momento creyeron que los aniquilarían.
Pero lo cierto es que sí se rebelaron. Y dos veces. La primera fue en Varsovia, en cuyo guetto sólo quedaban 60.000 personas de las 300.000 que lo habían poblado inicialmente. Cuando sus habitantes comprendieron que sus familias habían sido llevadas a la muerte y no a campos de trabajo como les habían prometido, ordenaron la resistencia. Era el 19 de abril de 1943. Tras eliminar a los soldados alemanes en el guetto y cavar una red de búnqueres por debajo del mismo, comenzó una resistencia encarnizada contra el ejercito más poderoso de Europa. Tan sólo mil soldados, era todo lo que un guetto formado por niños y ancianos tenía para defenderse, frente a los tanques, los bombardeos aéreos, los lanzallamas... y resistieron hasta el 16 de mayo. Los alemanes, cada vez que intentaban una incursión armada dentro del guetto eran derrotados y sus tanques destruidos, hasta que finalmente decidieron demoler e incendiar el guetto por completo. Casa por casa, fue quemado y arrasado hasta que de él sólo quedaron pilas de cascotes. Los judíos hacían explotar bombas en sus cuerpos al paso de los soldados alemanes, o saltaban desde las ventanas para no dejarse capturar. Cada día los alemanes daban un parte informando del número de muertes que habían provocado entre los "bandidos". Las potencias aliadas no hicieron nada para ayudarles.
La segunda revuelta tuvo lugar sólo un año más tarde, en el corazón de la matanza: Auschwitz II: Birkenau. Los Sonderkommando, judíos que se dedicaban a enterrar los restos de aquellos que habían sido quemados en los hornos crematorios, se rebelaron. Y con los explosivos que las mujeres habían robado de las fábricas, destruyeron uno de los hornos crematorios, intentando aprovechar la confusión para huir. Todos fueron capturados y fusilados.
Quizás, aunque su resistencia fue vana, sus acciones merecen ser recordadas hoy en día, y aunque ellos no lo puedan saber, nosotros les dedicamos unos minutos de nuestros pensamientos.
Algunos aducen a la mentalidad judía, para la cual el trabajo manual siempre ha sido un desprestigio. A lo largo de la historia los judíos han sido grandes pensadores, artistas, científicos... Han desarrollado con frecuencia actividades que no requerían de una especial habilidad física, y quizás por eso no se sentían capaces de rebelarse de forma violenta. Otros aseguran que es la fuerza de la costumbre, que los judíos nunca se rebelaron a los abusos cometidos contra ellos a lo largo de la historia desde la rebelión contra el Imperio Romano. Algunos dicen que en ningún momento creyeron que los aniquilarían.
Pero lo cierto es que sí se rebelaron. Y dos veces. La primera fue en Varsovia, en cuyo guetto sólo quedaban 60.000 personas de las 300.000 que lo habían poblado inicialmente. Cuando sus habitantes comprendieron que sus familias habían sido llevadas a la muerte y no a campos de trabajo como les habían prometido, ordenaron la resistencia. Era el 19 de abril de 1943. Tras eliminar a los soldados alemanes en el guetto y cavar una red de búnqueres por debajo del mismo, comenzó una resistencia encarnizada contra el ejercito más poderoso de Europa. Tan sólo mil soldados, era todo lo que un guetto formado por niños y ancianos tenía para defenderse, frente a los tanques, los bombardeos aéreos, los lanzallamas... y resistieron hasta el 16 de mayo. Los alemanes, cada vez que intentaban una incursión armada dentro del guetto eran derrotados y sus tanques destruidos, hasta que finalmente decidieron demoler e incendiar el guetto por completo. Casa por casa, fue quemado y arrasado hasta que de él sólo quedaron pilas de cascotes. Los judíos hacían explotar bombas en sus cuerpos al paso de los soldados alemanes, o saltaban desde las ventanas para no dejarse capturar. Cada día los alemanes daban un parte informando del número de muertes que habían provocado entre los "bandidos". Las potencias aliadas no hicieron nada para ayudarles.
La segunda revuelta tuvo lugar sólo un año más tarde, en el corazón de la matanza: Auschwitz II: Birkenau. Los Sonderkommando, judíos que se dedicaban a enterrar los restos de aquellos que habían sido quemados en los hornos crematorios, se rebelaron. Y con los explosivos que las mujeres habían robado de las fábricas, destruyeron uno de los hornos crematorios, intentando aprovechar la confusión para huir. Todos fueron capturados y fusilados.
Quizás, aunque su resistencia fue vana, sus acciones merecen ser recordadas hoy en día, y aunque ellos no lo puedan saber, nosotros les dedicamos unos minutos de nuestros pensamientos.
2 comentarios:
esqueceste-te de outro motivo para não ter havido mais rebeliões: estavam ocupados a sobreviver.
ora repara:
«A persuasão de que a vida tem uma finalidade está enraizada em todas as fibras do homem, é uma propriedade da substância humana. Os homens livres dão a esta finalidade muitos nomes, e sobre a sua natureza muito se debruçam e discutem; mas para nós a questão é mais simples.
Agora e aqui, a nossa finalidade é chegar à Primavera. Neste momento, nada mais nos preocupa. Por detrás desta meta, neste momento, não há outra meta.» (Levi, P.)
e houve resistência (mal) armada contra os nazis em Itália, os "partigiani" filiados no grupo Guistizia e Libertà.
De acuerdo con la opinión que manifiestas, pero no con algunos de los argumentos: Los judios SIEMPRE han ejercido trabajos manuales, como el tallado de piedras y la orfebrería, todo lo relacionado con el cuero y la práctica de la medicina. Los judios no son un pueblo resignado, sino superviviente; Dificilmente iban a elevar protestas internacionales cuando habían sido expulsados de toda Europa en una época u otra.
Por último: los judios alemanes formaban parte de distintas clases sociales y ERAN ALEMANES, no se sentían parte de una etnia en política o economía, sino que se sentían afines con sus semejantes económicos.
Si unimos a eso la incredulidad que todos los alemanes, los ingleses, los americanos, etc (el mundo civilizado)manifestaron ante el relato de las atrocidades que se estaban llevando a cabo (eso no puede estar pasando, eso no puede pasarle a los míos, Dios no permitiría algo así) se explica que sólo los judios que vivieron en primera persona ese genocidio se rebelasen.
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