jueves, octubre 05, 2006

La violencia legítima

¿Cuál es la diferencia entre la lucha legítima y la violencia ilegítima? ¿Qué es lo marca el terrorismo y qué lo diferencia de la lucha armada? ¿Cuándo es aceptable la violencia, y qué violencia es aceptable?
En mi opinión, los viejos tópicos que nos inculcan de pequeños de que la violencia no se justifica nunca y que los fines nunca justifican los medios son falsos. Aunque no soy yo quien deba demostrar que son falsos, pues es quién afirma quien debe demostrar la veracidad de sus argumentos, creo que es indispensable aclarar este punto para seguir desarrollando el post. Incluso el Derecho Internacional, un buen exponente de lo que debería ser las relaciones entre países (y que por eso no se cumple jamás), contempla casos en los que los países se pueden defender por las armas si son agredidos siempre y cuando su defensa sea proporcional a la agresión. Pero este argumento no es el único: en ocasiones la violencia es el único camino que les queda a los desesperados, a aquellos que se encuentran en una situación injusta y que no pueden cambiar de otra forma. Aquellos sometidos a una dictadura, al no disponer de otros medios para optar por la libertad, es normal que utilicen la violencia para lograr sus objetivos.
El problema a menudo no es la utilización de la violencia, sino los objetivos de la misma. ¿Era legítimo que la República española, elegida de forma democrática, se defendiese por las armas de un golpe de Estado ilegítimo? Sí. ¿Era legítimo que se fusilase a miles de opositores a la República (aunque no se hiciese de forma sistemática)? No. Por muy fascistas que sean, por muchos que fuesen los fusilados en el bando nacional. ¿Por qué? Porque esto no es autodefensa, es venganza. Porque muchos de esos fusilados, la mayoría, eran civiles y las diferencias sólo deben resolverlas los militares en caso de agresiones militares. E incluso los militares fusilados, ya que eran prisioneros de guerra y debían ser tratados con el debido respeto.
Pero hablamos del caso extremo de una guerra. Modernicemos el contexto y situémonos en la España actual. Con sus vicios y virtudes, que las tiene. Nos puede desagradar el contexto político en el que vivimos, pero lo cierto es que gozamos de ciertas libertades que no se pueden negar, y aquel que las niega, quizás debería haber vivido tiempos pasados para saber lo que son las privaciones. Nuestro sistema de bienestar es deficiente e injusto, pero existe. Podemos expresar nuestras opiniones con ciertas limitaciones, algunas de ellas lógicas y otras no. Pero las que no son lógicas no suelen ser tenidas en cuenta. En teoría amenazar e insultar al Rey es un delito en este país, pero ahora mismo puede decir que el Rey es un hijo de puta y probablemente no me pasará nada, como no le pasó al señor Otegui por decir que el Rey era el jefe de los torturadores españoles. Los mismos jueces que en otras ocasiones lo condenan consideraron que su libertad de expresión está por encima del derecho al honor del Rey.
El pueblo está mediatizado y participa en un sistema electoral que beneficia a los grandes partidos, pero aún así puede elegir a su representante. Es cierto que en España hay minorías, ¿pero oprimidas?. ¿Alguna de estas minorías no goza de los derechos antes citados? No estamos hablando de los años setenta, estamos hablando de hoy en día. Año 2006. ¿No pueden los catalanes votar a sus representantes? ¿Y los vascos?. Es cierto que se cometen errores: la ilegalización de Batasuna es una de ellos. ¿Por qué es un error? Para empezar, porque redactar una ley con el único objetivo de prohibir un único partido político es manipular el objetivo de la ley, que es legislar para todos. Además, prohibir el partido político justifica la acción de los terroristas, que pueden decir: "¿véis como no tenemos libertad de expresión?". Finalmente, un partido político no es una organización terrorista por definición. Si en el seno del partido político se encuentran terroristas, se les detiene, pero no se juzga por ello a todo el partido. Ampliar la ley para que abarque a todos los grupos parlamentarios que no sólo defienden la violencia, sino que no la condenan es rizar el rizo.
Sin embargo, no hay que cegarse por esto. El partido se ilegalizó hace unos cuatro años, y antes de ello han tenido años para abandonar las armas. Porque no se puede defender por las armas lo que se puede defender de otro modo, y ETA ha tenido más de dos décadas para imponer sus ideas en las urnas. Por lo tanto, no es una lucha legítima. Pero es que además, no es una lucha. No es una lucha cuando se dispara en la nuca o se secuestra a un empresario para cobrar un rescate, y cuando no lo hace, se le asesina. No es una lucha cuando se dispara a traición. Una cosa es esconderse, y otra "ejecutar".
Hay ideas que son respetables, y otras que no. A mi Sabino Arana me parece un racista ignorante que no sabía hacer la o con un canuto, pero un tipo hábil que supo despertar una conciencia olvidada desde hacía tiempo en el pueblo vasco. Sus ideas son discutibles, pero la forma de defender sus ideas no es discutible.

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