La caída de la Unión Soviética provocó un efecto colateral del que poco se ha hablado:
el desmantelamiento del ejército rojo. Esto no tendría que ser malo si fuese hecho de forma razonable sin embargo me temo que no es así, como denuncia el periodista encarcelado Gregory Pasko, en los puertos rusos de Murmansk y Vladivostok hay cientos (literalmente) de submarinos nucleares oxidándose. Sólo en Murmansk la flota nuclear en 1990 contaba con 170 submarinos de los cuales hoy en día solo 26 se utilizan, el resto está oxidándose con su carga mortal. Se calcula que hay en torno a 250 reactores nucleares sólo en Murmansk esperando para ser tratados, esperando desde hace ya casi veinte años.
Hay que recordar que dichos submarinos contienen armas nucleares, reactores nucleares y combustible radiactivo. Periodistas como el anteriormente citado y ecologistas, denuncian que
en el proceso de desmantelamiento (pagado en gran parte por países occidentales) de los reactores nucleares, se vierten toneladas de material radiactivo al mar sin ningún miramiento.
Además de la contaminación, la seguridad es mínima, como se puede comprobar en el video que os dejo a continuación, en el que un periodista visita un barco en cuya bodega hay suficiente material radiactivo como para tener que desalojar toda Londres durante tres años.
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