El debate está servido: Joan Saura, presidente de Iniciativa por Cataluña ha declarado que su partido defiende la legalización de las drogas. En un gesto de demagogia o/y estupidez, Daniel Sirera, portavoz del Partido Popular ha pedido su dimisión.
En España nuestro Código Penal castiga de forma poco inteligente prácticamente todo lo que no sea el consumo de droga (has oido bien, consumir droga y poseerla para consumo propio no está castigado en nuestro país): incluso pasarle el porro a un amigo o fumártelo delante de él en el parque un día en el que los dos estáis solos puede ser considerado un acto de fomento al consumo a menos de que se demuestre que tu amigo ya fumaba porros con asiduidad y que tus actos no han agravado ese consumo. Es decir, puedes consumir drogas en tu casa con la puerta cerrada, solo y las persianas bajadas.
Digo que el Código Penal regula de forma poco inteligente porque todos recordamos lo que ocurrió en EEUU con la Ley Seca, la ley que prohibió el consumo de alcohol en la sociedad norteamericana con el bienintencionado objetivo de conseguir una sociedad más sana y libre de la horrible droga líquida. Pues bien, el consumo se disparó, la calidad del alcohol se hizo ínfima provocando muchos más problemas de salud y nació el fenómeno de la mafia, ya que el tráfico de alcohol se convirtió en uno de sus negocios más lucrativos, sino el que más. Pues eso es lo que ocurre con el resto de las drogas.
Gran parte de los profesionales del Derecho, o al menos el sector menos anclado al pasado, piden que la ley sea más racional y menos pasional. Es evidente que la visión de una persona adicta al consumo de un producto nocivo para su salud mental y física es desagradable para cualquiera, pero eso no significa que la prohibición de ese producto sea la mejor forma de combatir su consumo. Hay que tener en cuenta que en caso de que la comercialización de la droga por parte del Estado podría permitirnos avisar al consumidor de los peligros de la misma, evitar que grupos de riesgo accedan a ella, como los niños, el florecimiento de mafias y del mercado negro, y con los impuestos recaudados, se podría financiar la cura a los que busquen la rehabilitación.
Hay que ser realistas, hoy en día cualquier persona que desee consumir droga, si se la puede pagar, lo hará. A título personal puedo decir que cuando estudiaba en el instituto (donde estudian adolescentes de entre 12 y 18 años) todos sabíamos donde "pillar". Era mucho más dificil comprar un paquete de tabaco en el estanco o una botella de vodka en el supermercado que pillar una pastilla en el parque de la telefónica (así llamábamos al parque que había al lado de nuestro instituto). Ahora mismo se han endurecido los controles para que los menores no fumen y lo tienen más dificil todavía. "Pillar" hachís en el parque sigue siendo igual de fácil.
En España nuestro Código Penal castiga de forma poco inteligente prácticamente todo lo que no sea el consumo de droga (has oido bien, consumir droga y poseerla para consumo propio no está castigado en nuestro país): incluso pasarle el porro a un amigo o fumártelo delante de él en el parque un día en el que los dos estáis solos puede ser considerado un acto de fomento al consumo a menos de que se demuestre que tu amigo ya fumaba porros con asiduidad y que tus actos no han agravado ese consumo. Es decir, puedes consumir drogas en tu casa con la puerta cerrada, solo y las persianas bajadas.
Digo que el Código Penal regula de forma poco inteligente porque todos recordamos lo que ocurrió en EEUU con la Ley Seca, la ley que prohibió el consumo de alcohol en la sociedad norteamericana con el bienintencionado objetivo de conseguir una sociedad más sana y libre de la horrible droga líquida. Pues bien, el consumo se disparó, la calidad del alcohol se hizo ínfima provocando muchos más problemas de salud y nació el fenómeno de la mafia, ya que el tráfico de alcohol se convirtió en uno de sus negocios más lucrativos, sino el que más. Pues eso es lo que ocurre con el resto de las drogas.
Gran parte de los profesionales del Derecho, o al menos el sector menos anclado al pasado, piden que la ley sea más racional y menos pasional. Es evidente que la visión de una persona adicta al consumo de un producto nocivo para su salud mental y física es desagradable para cualquiera, pero eso no significa que la prohibición de ese producto sea la mejor forma de combatir su consumo. Hay que tener en cuenta que en caso de que la comercialización de la droga por parte del Estado podría permitirnos avisar al consumidor de los peligros de la misma, evitar que grupos de riesgo accedan a ella, como los niños, el florecimiento de mafias y del mercado negro, y con los impuestos recaudados, se podría financiar la cura a los que busquen la rehabilitación.
Hay que ser realistas, hoy en día cualquier persona que desee consumir droga, si se la puede pagar, lo hará. A título personal puedo decir que cuando estudiaba en el instituto (donde estudian adolescentes de entre 12 y 18 años) todos sabíamos donde "pillar". Era mucho más dificil comprar un paquete de tabaco en el estanco o una botella de vodka en el supermercado que pillar una pastilla en el parque de la telefónica (así llamábamos al parque que había al lado de nuestro instituto). Ahora mismo se han endurecido los controles para que los menores no fumen y lo tienen más dificil todavía. "Pillar" hachís en el parque sigue siendo igual de fácil.
3 comentarios:
Esta opinión, esos argumentos, denotan un superficial conocimiento del problema y sus consecuencias.
De todos los que con más radicalidad se oponen a una supuesta "legalización" del consumo de drogas que conozco, los más contundentes son los terapéutas, psicólogos y voluntariado de Proyecto Hombre. Como están a cargo de tantas vidas destrozadas e irrecuperables, saben mejor que nadie que cada una de esas historias comenzó con un porro que un dia se hizo coca y al final caballo.
Resulta paradójico que estemos cayendo en la cuenta de los desastres del tabaco, y se esté a la vez jugando con la bomba de las drogas; mortal e irresponsablemente paradójico.
El tabaco es una de las drogas mortales que causa millones de muertes en el mundo y su venta es legal. Las tabacaleras invierten millones de dolares en los gobiernos para que su distribución sea legal. Esperemos que en el futuro se prohiba su venta, así se evitarían muchas muertes con la enfermedad del cáncer. El asma es una de las enfermedades que es causada por el humo del cigarro. el tabaco es uno de los factores de riesgo para que se desarrolle la enfermedad del asma.
El tabaco contiene muchas sustancias nocivas para la salud y creo que ya no nos debe sorprender sus consecuencias. El tabaco incrementa el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiaca y también es un factor de riesgo en el desarrollo de la enfermedad del cáncer, enfisema pulmonar, asma, etc. Es mejor que cambiemos nuestro estilo de vida por el bien de nuestra salud.
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